EL MUNDO-El maestro portugués del insulto
PARA RECORDAR
EL ZOO DEL SIGLO XXI / ALBERTO JOAO JARDIM
El maestro portugués del insulto
El presidente regional de Madeira se caracteriza por sus excesos verbales y su enfrentamiento sistemático con la metrópoli
SONIA DOMINGUEZ. Especial para EL MUNDOLISBOA.- El portugués es un pueblo muy diplomático, que todavía mantiene tratamientos como «señor doctor» y expresiones de uso cotidiano como «si me da licencia». En este dominio de las formas, el país tiembla cada vez que resuenan los ecos desde Madeira porque su presidente regional es todo lo contrario. Dice lo que le llega directamente al cerebro y eso no suelen ser ni halagos ni líneas curvas.
Que Alberto Joao Jardim llame «locos e incompetentes» a los políticos de Lisboa es apenas el inicio de una larga lista de improperios que, en las últimas semanas, se han cebado en los periodistas, esos «bastardos, por no decir hijos de puta», o en los inmigrantes que, según él, no son bienvenidos en la isla.
Sus comentarios han desatado una crisis externa e interna, que se está convirtiendo en la actualidad política del verano. No hace ni seis meses que su partido, el socialdemocráta, tiene nuevo secretario general y Joao Jardim ya le ha declarado persona non grata en la isla.
No es de extrañar. Históricamente, se ha caracterizado por enfrentarse desde su microcosmos insular a todos los presidentes de la República, primeros ministros y jefes de su propio partido. Hace 27 años, desde que es presidente regional de Madeira, que los portugueses tratan de lidiar con sus excentricidades. Es interpretado como un cacique, arrogante, autoritario y populista, aunque le reconocen el valor de haber fomentado el desarrollo económico de las dos islas que gobierna en el Atlántico.
Cada cierto tiempo, Joao Jardim renace en la prensa nacional por su lengua mordaz y sus excesos verbales. Las dos últimas veces han sido por sus insultos a los periodistas que cuestionaban su caso concreto ante las medidas del Gobierno socialista de acabar con las pensiones vitalicias de los cargos públicos y por el rechazo a la presencia de los inmigrantes.
En una fiesta local, el presidente de Madeira dijo ante diversos medios de comunicación que «Portugal está sujeto a la competencia de países de fuera de Europa. Los chinos están entrando por ahí, los indios andan por allí y los países del Este hacen la competencia a Portugal». Alguien cercano le hizo un aviso de advertencia con el dedo y replicó: «¿Me hace una señal, porqué? ¿Están por ahí los chinos? Es bueno que me oigan porque no los quiero aquí».
Tanta impulsividad, que se suele quedar en los circuitos internos, condujo al Ministerio de Exteriores luso a pedir disculpas diplomáticas a China, las asociaciones de inmigrantes le han calificado de xenófobo y racista pero él no retira ni una coma de lo dicho al considerar que un país democrático como Portugal debe defender sus estructuras económicas frente a un sistema totalitario como el chino.
El presidente de la República no quiso hacer más comentario salvo que es preciso fomentar la integración étnica, pero el nuevo presidente del PSD, Marques Mendes, acaba de toparse con que el líder más histórico del partido cuestiona su liderazgo porque ha osado contestar sus dos últimas intervenciones y su control absoluto. A Marques Mendes le ha venido devuelta la reprimenda por recriminarle a Joao Jardim su vocabulario y por calificar de «infelices» sus declaraciones sobre los inmigrantes. Lo que pretendía ser disciplina partidaria se ha acabado convirtiendo en un cierre de posiciones en torno a Jardim.
Quién sabe dónde desembocará este cruce de declaraciones porque, después de 27 años, nadie ha podido o querido pararle los pies a Jardim. Quizás vuelva a ser demasiado expresivo en la fiesta del 24 de julio porque él siempre ha considerado insuficiente el grado de autonomía para las islas de Madeira y Porto Santo.En casa, lo defienden a capa y espada. Con 20.000 habitantes, el Gobierno de Madeira es el mayor inversor y empleador. Ha sabido transformar una región empobrecida, que vivía del comercio de bananas, en un balcón turístico de primera.
LO DICHO Y HECHO
«¿Hay chinos por ahí? Es bueno que me oigan, porque no los quiero por aquí»
1943: Alberto Joao Cardoso Gonçalves Jardim nace en Funchal. 1976: La Constitución portuguesa recoge el estatuto de autonomía de la isla. 1978: Joao Jardim es elegido por primera vez presidente del Gobierno Regional de Madeira por el Partido Socialdemócrata, cargo que sigue ocupando. 1987: Ocupa el cargo de presidente de la Conferencia de las Regiones Periféricas de la UE. 2005: Critica la presencia de emigrantes chinos en la isla.
El maestro portugués del insulto
El presidente regional de Madeira se caracteriza por sus excesos verbales y su enfrentamiento sistemático con la metrópoli
SONIA DOMINGUEZ. Especial para EL MUNDOLISBOA.- El portugués es un pueblo muy diplomático, que todavía mantiene tratamientos como «señor doctor» y expresiones de uso cotidiano como «si me da licencia». En este dominio de las formas, el país tiembla cada vez que resuenan los ecos desde Madeira porque su presidente regional es todo lo contrario. Dice lo que le llega directamente al cerebro y eso no suelen ser ni halagos ni líneas curvas.
Que Alberto Joao Jardim llame «locos e incompetentes» a los políticos de Lisboa es apenas el inicio de una larga lista de improperios que, en las últimas semanas, se han cebado en los periodistas, esos «bastardos, por no decir hijos de puta», o en los inmigrantes que, según él, no son bienvenidos en la isla.
Sus comentarios han desatado una crisis externa e interna, que se está convirtiendo en la actualidad política del verano. No hace ni seis meses que su partido, el socialdemocráta, tiene nuevo secretario general y Joao Jardim ya le ha declarado persona non grata en la isla.
No es de extrañar. Históricamente, se ha caracterizado por enfrentarse desde su microcosmos insular a todos los presidentes de la República, primeros ministros y jefes de su propio partido. Hace 27 años, desde que es presidente regional de Madeira, que los portugueses tratan de lidiar con sus excentricidades. Es interpretado como un cacique, arrogante, autoritario y populista, aunque le reconocen el valor de haber fomentado el desarrollo económico de las dos islas que gobierna en el Atlántico.
Cada cierto tiempo, Joao Jardim renace en la prensa nacional por su lengua mordaz y sus excesos verbales. Las dos últimas veces han sido por sus insultos a los periodistas que cuestionaban su caso concreto ante las medidas del Gobierno socialista de acabar con las pensiones vitalicias de los cargos públicos y por el rechazo a la presencia de los inmigrantes.
En una fiesta local, el presidente de Madeira dijo ante diversos medios de comunicación que «Portugal está sujeto a la competencia de países de fuera de Europa. Los chinos están entrando por ahí, los indios andan por allí y los países del Este hacen la competencia a Portugal». Alguien cercano le hizo un aviso de advertencia con el dedo y replicó: «¿Me hace una señal, porqué? ¿Están por ahí los chinos? Es bueno que me oigan porque no los quiero aquí».
Tanta impulsividad, que se suele quedar en los circuitos internos, condujo al Ministerio de Exteriores luso a pedir disculpas diplomáticas a China, las asociaciones de inmigrantes le han calificado de xenófobo y racista pero él no retira ni una coma de lo dicho al considerar que un país democrático como Portugal debe defender sus estructuras económicas frente a un sistema totalitario como el chino.
El presidente de la República no quiso hacer más comentario salvo que es preciso fomentar la integración étnica, pero el nuevo presidente del PSD, Marques Mendes, acaba de toparse con que el líder más histórico del partido cuestiona su liderazgo porque ha osado contestar sus dos últimas intervenciones y su control absoluto. A Marques Mendes le ha venido devuelta la reprimenda por recriminarle a Joao Jardim su vocabulario y por calificar de «infelices» sus declaraciones sobre los inmigrantes. Lo que pretendía ser disciplina partidaria se ha acabado convirtiendo en un cierre de posiciones en torno a Jardim.
Quién sabe dónde desembocará este cruce de declaraciones porque, después de 27 años, nadie ha podido o querido pararle los pies a Jardim. Quizás vuelva a ser demasiado expresivo en la fiesta del 24 de julio porque él siempre ha considerado insuficiente el grado de autonomía para las islas de Madeira y Porto Santo.En casa, lo defienden a capa y espada. Con 20.000 habitantes, el Gobierno de Madeira es el mayor inversor y empleador. Ha sabido transformar una región empobrecida, que vivía del comercio de bananas, en un balcón turístico de primera.
LO DICHO Y HECHO
«¿Hay chinos por ahí? Es bueno que me oigan, porque no los quiero por aquí»
1943: Alberto Joao Cardoso Gonçalves Jardim nace en Funchal. 1976: La Constitución portuguesa recoge el estatuto de autonomía de la isla. 1978: Joao Jardim es elegido por primera vez presidente del Gobierno Regional de Madeira por el Partido Socialdemócrata, cargo que sigue ocupando. 1987: Ocupa el cargo de presidente de la Conferencia de las Regiones Periféricas de la UE. 2005: Critica la presencia de emigrantes chinos en la isla.
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